Astérix contra el bipartidismo

A Ángel García Seoane (Perillo, Oleiros, 1952) no le da miedo el efecto Podemos. Gelo -«así me chaman os amigos»,- acudió al programa Vía V, de V Televisión, que dirige Fernanda Tabarés, para desvelar su hoja de ruta política a corto y medio plazo. Y dejó varias sentencias rotundas ante las cámaras. La primera, que él no se sumará a las Mareas ni a ningún movimiento ciudadano, pese a haber sido largamente cortejado por algunos de sus teóricos cerebros. «Estou vendo que non van a chegar a ningún lado», confesó en un momento de la conversación.

Y olfato no le falta. Alcalde y factótum de Oleiros desde 1985, con la interrupción de los ocho años en los que estuvo inhabilitado -«por mover unhas pedras, non por roubar», dice en referencia a la condena por prevaricación que le desposeyó del cargo de regidor, aunque siguió como asesor-, recuerda que Podemos ya existe en su municipio. «Nós poder xa puidemos desde hai moitos anos. Non hai máis que ver os nosos procesos internos e a elaboración do noso programa», insiste este Astérix del bipartidismo, que ha mantenido alejados del poder tanto a PP como a PSOE desde hace tres décadas en uno de los municipios con mayor renta per cápita de Galicia.

Y eso que decisiones polémicas no han faltado en su mandato. La estatua del Ché Guevara en la rotonda de Nirvana, los homenajes a los grandes revolucionarios americanos de izquierdas y algunas decisiones urbanísticas le han generado algunos enemigos de consideración entre los que Gelo llama «los adinerados» de su municipio.

Pero esa trayectoria en el municipalismo podría estar tocando a su fin. «Esta é a última ocasión que me presento ao Concello», explicó a Fernanda Tabarés antes de garantizar que el movimiento vecinal que le aupó al poder «seguirá tendo vida máis aló de min, porque temos moi boa xente detrás». En esa retirada no tiene nada que ver la edad: «Eu síntome novo, e máis cando vexo a outros por aí caéndolles os pantalóns».

Y tampoco descarta exportar el modelo para su otro gran objetivo, entrar en la Diputación, donde, dice, «repártese moito diñeiro en función de criterios pouco claros». Para ello, no le basta con el apoyo en Oleiros. «Como as Mareas non se van unir, eu non descarto que Alternativa poida presentarse noutros municipios do partido xudicial da Coruña», avisa.

Contactos para hacerlo ya ha tenido. A mediados de la década de los noventa, ya lo intentó con un desembarco en Cambre. Ahora, admite que «son moitos os que se interesaron no noso modelo. Eu fun a ver a xente de Monforte, Bergondo, Culleredo, Arteixo, Cambre... Este modelo pódese copiar, pero non facelo como nós», apunta.

Tampoco será un desembarco a cualquier precio. «Se decidimos concorrer, só sería en aqueles municipios onde non vaiamos desfacer opcións de goberno claras que coincidan có que nós pensamos», aclara. Esa postura reduciría sus opciones a uno o dos concellos más, probablemente Cambre y quizá Arteixo, aunque la incógnita aún tardará algunos días en desvelarse por completo.

Para Gelo, la política es una forma de vida. Y no lo oculta. «Claro que son un político é que quero gobernar», contesta a los que le critican por sus métodos aparentemente poco democráticos y por un talante poco negociador. Por contra, esgrime el plan general -«aprobar outro vai ser a hostia», afirma obviando que están en marcha en lugares como Sada o Bergondo y que A Coruña y Abegondo acaban de aprobar los suyos- y recuerda que su modelo ha sido investigado, y aplaudido, por expertos de universidades tan distantes como Deusto, Helsinki, Trieste o Bolonia.

Quizá por ello, García Seoane deja claro que tiene pocas intenciones de cambiar. «Non son populista, o que pasa é que me coñece todo o mundo», responde a los críticos sobre los métodos que aplica para monopolizar la actividad municipal.

Tampoco se queda callado cuando le acusan de utilizar el coche oficial para ir a la piscina. «Eu só o utilizo de dez da mañá a tres da tarde. E de paso que me leva á casa, déixame na piscina. Pero o resto do día paseo no meu coche, de sete da tarde a doce da noite. E veme todo o mundo».

Su carácter, vehemente, autoritario, retador y poco proclive a hacer concesiones, le hace tener posiciones políticas dispares. Es capaz de defender al mismo tiempo la gestión de Manuel Fraga -«Feijoo é un aprendiz»- y la dictadura castrista: «O meu líder e referente político é Fidel».

Capaz de desafiar, según sus propias palabras, a la CIA y al Mosad. Le gusta la música y recuerda a menudo su pasado como batería en una orquesta, se confiesa ateo y no tiene móvil. Comparte las romerías populares con su afición por el tute y aspira a que en su epitafio, pese a admitir que es poco creyente, ponga algo parecido al de la tumba de su padre: «Aquí yace un hombre honrado». La cita con las urnas del próximo mes de mayo le deparará un nuevo rival en su último combate: la popular Tristana Moraleja.